El pasado jueves se estrenó en el Teatro Regio “El Entenado”, versión libre de Irina Alonso sobre la novela de Juan José Saer que lleva el mismo nombre y que busca desmentir la imagen que los europeos tenían sobre los indios como personas incivilizadas.

Saer plantea la mirada sobre quién es más humano, la famosa dicotomía entre Civilización y Barbarie”, explica la directora en una charla exclusiva con Photosniper. “En esta obra se discute esa arrogancia del europeo, donde todo lo que se aleja de su forma de ser no es humano”.

La obra forma parte del Complejo Teatral de Buenos Aires y el elenco está compuesto por Claudio Martínez Bel, Iride Mockert, Pablo Finamore y Aníbal Gulluni.

Esta pieza teatral se ubica en la época del Renacimiento, donde conoceremos la vida de un mendigo español que se embarcó en una expedición junto con otros marineros hacia las Indias en búsqueda de minerales y piedras preciosas. Sin embargo, no todo sale según lo planeado y tan pronto como desembarcan toda la tripulación es asesinada excepto él. Nuestro protagonista es capturado por diez años hasta que logra volver a su tierra natal para luego sumarse a una compañía teatral.

Los actores de la compañía organizan un espectáculo en el que se combina perfectamente el relato del protagonista con las actuaciones para ilustrar al público su travesía. De esta manera, se nos plantea una obra dentro de la obra.

Esta pieza teatral representa todo un desafío para cada uno de los actores ya que la propia actuación está acompañada de música y bailes que ayudan a complementar la historia.

Aníbal Gulluni, que es uno de los actores en escena, esmulti-instrumentista y estuvo encargado de la producción musical en la que se hacen presentes guitarras, flautas traversas y clarinetes, instrumentos típicos del Renacimiento.

“Los actores están preparados para poder decir semejantes textos, pero también para entregarse corporal y vocalmente. Porque es muy difícil lograr cantar luego de estar corriendo o saltando y además de todo eso tienen que estar atentos a tocar las notas correctas en los instrumentos, es realmente muy difícil encontrar ese balance” explica Irina.

En la misma sintonía, la directora explica que otro gran desafío que se presentaba era organizar a las más de diez personas que están detrás de escena asistiendo a los actores o trasladando la escenografía. Parte de este equipo está compuesto por cuatro utileros, tres maquinistas y dos vestidoras y peluqueras por actor para ayudarlos con los cambios de vestuario.

Esta obra aporta momentos de reflexión muy profundos pero con justas pinceladas cómicas, algo de lo que Irina se jacta de buscar siempre en sus producciones: “Me gusta mucho en mis trabajos buscar el punto entre lo humorístico y lo profundo, entre lo bajo y lo elevado. Creo que poder combinar esos dos elementos es la mejor manera de poder armar un espectáculo”.

Las funciones son de jueves a domingo a las 20 horas en el Teatro Regio (Av. Córdoba 6056), hasta el 11 de agosto. Entradas en venta en la página del complejo teatral con precios de $4000 a $7000.


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