Entre la soledad del campo y la marginalidad social, una mujer reconstruye un trauma del cual no puede sobreponerse. Con esta premisa,  Belén Blanco protagoniza «Clandestina», una pieza de Natalia Villamil que podrá verse del 12 al 29 de septiembre en la Sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530).

Blanco le pone el cuerpo y la voz a Marta. En modo unipersonal, encarna diversas manifestaciones de vulnerabilidad: económica, social, de género. Una mujer pobre, sola y abandonada en los márgenes.

La dramaturga y directora de la obra explica que “Marta habla, susurra, canturrea. Intenta componer su cuerpo recordando con detalles ese episodio que dejó su vida partida en dos.»

En la puesta, la soledad de Blanco es acompañada por Guadalupe Otheguy, quien además de componer la música original de la obra la interpreta en vivo en el escenario. Una presencia que con sus canciones provoca toda la compasión y empatía de las que carece en su vida el personaje de Marta. Una testigo que le pone voz al silencio atronador de la inmensidad del campo en la que se desarrolla el relato.

«Fue una decisión oculta y silenciosa» explica Villamil sobre la trama. «Qué es un cuerpo cuando el dolor confunde sus bordes y todo vuelve a empezar, sin el miedo que deja la sangre”.

Las funciones de «Clandestina» serán de miércoles a domingos a las 19.30 horas.


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