El festival de bandera del rock nacional se guardó para su cuarta y última jornada a la banda con mayor peso y poder de convocatoria, en un domingo armado a medida del ritual que encabeza Andrés Ciro Martínez. A puro banderazo y con una multitud que los sigue a donde vayan, Los Piojos por le pusieron el broche final al Quilmes Rock con un show épico.
No escatimaron en hits para encender la noche: “Desde lejos no se ve”, “Chac tu chac” y “Babilonia” fue la tríada que dio inicio a un set memorable que se extendería por tres horas.
Hubo tango rockeado con “Yira Yira”, y los éxitos de siempre como “Vine hasta aquí”, “Ay Ay Ay” y “Ando ganas”, “Tan solo”, “Pistolas”. Y también espacio y tiempo para el repertorio del núcleo duro de la banda y hasta su versión en español de “Es solo rock and roll” de los Rolling Stones, apropiándose de la noche de Tecnópolis.
Silencio, se apagan las luces, parece que se vienen los bises pero la cosa sigue para largo. Rebotín rebotán y todo el mundo saltando contento en “Como Alí”, para gastar todo lo que quede de batería. “Ruleta” y “Sábado a la noche”, y acá no se va nadie. Menos sin darle a la hinchada el “Maradóoo Maradóooo” que hace explotar la noche.
¿Unas más? Y no jodemos más. Con “Muévelo” parece que es despedida pero no, falta todavía el hitazo “Farolito” bailar un poco más con “Cruel” y despedirse con “Y qué más”, para dejar la vara altísima en lo que se refiere a repertorio, energía y despliegue.
Antesalas y hiatos

Todo lo demás funcionó como una gran programación soporte en una jornada diseñada a medida de Ciro y su tropa.
Bajo el sol de la tarde dominical, Kapanga arrancó temprano la fiesta con un repertorio que siempre deja contentos a todos, con su clásica fórmula que incluye desde heavy hasta cuarteto, y todo lo que entre en el medio.
A continuación Masacre tuvo el recibimiento que tanto se merecen por ser una de las bandas de culto con más prestigio y trayectoria dentro de la grilla. Acertadamente se jugaron el comodín del cover con “Crua Chan” de Sumo, que junto a Charly García fue la banda más referenciada a lo largo de las cuatro jornadas del festival.
En una tarde 100% maradoniana en las camisetas del público piojoso, sonó sampleado en loop el mantra maradoniano “tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”, encendiendo la mecha política que tomaría como posta Los Caballeros de la Quema.
Iván Noble y compañía pagaron el derecho de piso por ser su primera vez en el festival cervecero y les tocó demasiado temprano para lo que es su trayectoria y gran cantidad de canciones memorables que pudieron meter en una lista de temas de menos de una hora.
Con la fanaticada piojosa como aliada y amiga, cantaron en comunión “Pejerrey”, “Todos atrás y Dios de 9”, “Patri”, “Queremos todo” y “Rómulo y Remo” para dar comienzo a su show.
Bromeando sobre a su debut en el Quilmes, Iván Noble aludió a virgos e incels libertarios para una versión incendiaria de “Raja Rata” donde perritos y papadas reemplazan a los menemistas hipopotamitos y buzardas de la letra original; actualizando a los tiempos que corren y generando el primer “el que no salta votó a Milei” que se repetiría varias veces hasta el mismísimo cierre de la jornada.
Canciones para tararear entre todos como “Malvenido”, “Fulanos de nadie” y “Sapo de otro pozo”; y un doblete para el cierre con “Avanti Morocha” y “Oxidado” redondearon la mejor actuación de los soportes del día.
En el hiato hasta el esperado turno de Los Piojos fue ocupado por La Delio Valdés, Cruzando el Charco y El Plan de la Mariposa en los escenarios centrales, y clásicos en los periféricos como Bersuit, La Mississippi, Pier y Lisandro Aristimuño.
Para cuando ya eran las 9 de la noche, todo gravitó hacia la misa piojosa con una multitud movilizada para una sola banda como no se había visto en las jornadas previas. Y así fue que el Quilmes Rock tuvo su ritual de despedida.
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