El icónico Nile Rodgers, acompañado de su legendaria banda Chic, regresó a la Buenos Aires para que el público argentino presencie una vez más en vivo la creatividad de uno de los hacedores de hits más importantes de la historia musical moderna.
Sin perder tiempo, abrió la noche en el Movistar Arena con su buque insignia «Le Freak», un clásico que ilustra mejor que ninguna otra canción su fórmula para crear éxitos: empezar por el estribillo para dejar enganchada a la audiencia. Y de ahí en adelante dos horas de fiesta a puro funk y disco.
Siguieron con parte del repertorio más recordado de Chic: “Everybody Dance”, “I Want Your Love” y “Dance, Dance, Dance».
De ahí a lo que es su marca registrada en vivo: el monumental arsenal de canciones producidas o compuestas por Rodgers que han configurado el paisaje de la música pop en los últimos 50 años.
Así se encadenaron cronológicamente un hit más conocido que el siguiente, empezando por el disco de los ’70 de «I’m coming out» (Diana Ross) y «We are family» (Sister Sledge), pasando a los ’80 via el medley de hits de Madonna «Like a Virgin» y «Material Girl»; «Modern Love» (David Bowie) y «Notorious» (Duran Duran); y terminar con temazos del siglo XXI como «Cuff It» (Beyoncé) y «Get Lucky» (Daft Punk).
Sí, no hay error en la lista, por todas estas canciones icónicas dejó su huella este genio que a los 72 años sigue enteteniendo y liderando su propia banda, en la que todos hacen todo bien.
El dúo de voces de Kimberly Davis y Audrey Martells brilló con luz propia y desbordaron soul, mientras que Jerry Barnes al bajo y Ralph Rolle en batería sentaron las bases funk. Russell Graham desde los teclados también tuvo su momento de protagonismo al interpretar a Bowie y jugar con los efectos vocales a lo Daft Punk. La sección de vientos Steve Jankowski, and Ken Gioffre agregó énfasis desde la trompeta y el saxo; y Richard Hilton complmentando desde la segunda guitarra con ritmos y armonías.
Anticipando el cierre, desde el fondo del escenario el carismático baterista Ralph Rolle tomó el micrófono para cantar una impecable versión de «Let’s Dance» (Bowie) que puso a todo el estadio a saltar y cantar; sirviendo la mesa para el broche de oro con el otro himno de la banda, «Good Times».
Las citas y referencias son interminables en el universo de Nile Rodgers, entonces hay lugar para un poco del freestyle de «Rapper’s Delight», mojón fundacional de la historia del hip hop precisamente compuesto sobre sampleos de «Good Times» de Chic.
Y para los bises, volver al inicio para que todos ahora sí bailen y canten bien fuerte el grito de guerra de la noche: «freak out!».
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