“Elda y los Monstruos” es el último trabajo del director y guionista Nicolás Herzóg y se estrenará el 7 de marzo en el cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA) y en el Atlas Flores (Rivera Indarte 44, CABA). Además, fue galardonada como “Mejor Montaje de Película Argentina de las Competencias Nacional y Latinoamericana”en la edición número 38° del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Se trata de la cuarta película de Nicolás filmada en la ciudad de Concordia, Entre Ríos. Esto se debe a que el director es oriundo de esta ciudad y vivió, también, gran parte de su adolescencia allí. Sobre el nombre de la película explica: “Buscábamos resignificar la palabra, darle un tamiz positivo. Por otro lado, la palabra <monstruos> también habla sobre los fantasmas del personaje, asi que juega en varios sentidos”
En el largometraje se nos presenta la vida de Diego Detona, un joven que se encuentra haciendo su transición a convertirse en una chica trans (Elda). Rodeado más de dudas que de certezas, el protagonista emprende su viaje hacia su transición definitiva acompañado de su grupo de amigos incondicionales.
En diálogo con la prensa, el director se atrevía a definir la película: “Es una película fresca y amable sobre el amor en todas sus formas y donde la libertad toma otro sentido. Lo fundamental para que Diego se convierta en Elda está en el apoyo de sus amigos, por eso quería remarcar el poder de la amistad”.
A lo largo de los setenta y tres minutos que dura la película hay numerosos acompañamientos musicales que estuvieron a cargo de la propia banda en la que Diego forma parte, “Elda y los Detonantes”, los cuales son, también, oriundos de Concordia.

Una de las virtudes principales que encuentra el director en la película es la cercanía que logra con el espectador. Esto se debe a que casi todo el equipo de rodaje eran conocidos y amigos de Nicolás, lo que generó un clima distendido y reacciones genuinas de parte de los actores. “Todos los participantes de la película eran mis amigos, asi que se generó un clima muy fresco en el que jugábamos a hacer una película. Lo que hace que se genere mucha cercanía con el espectador”.
Este film coquetea constantemente entre una ficción y un documental, ya que el propio Diego estaba en ese proceso de transición de género y muchas de las problemáticas que se reflejan en la película las sufrió el protagonista en su propia vida.
Acerca de esta transición que vive Diegoel director explicaba: “Lo que buscaba destacar en la película es que lo más importante es el proceso de búsqueda que enfrenta Diego y no tanto el final. Desde el principio teníamos la idea de no abordar el tema desde la victimización, sino más bien un espejo de la vida; una reivindicación”.
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