El pasado sábado 15 de mayo se concretó la primera (y seguramente no la última) visita de la agrupación colombiana de cumbia psicodélica Bomba Estéreo. Apoyados en la creciente colectividad colombiana joven en Buenos Aires (nutrida de un núcleo entusiasta de estudiantes de grado y posgrado, profesionales o turistas de paseo); los bogotanos colmaron tanto las expectativas generadas alrededor de su propuesta, como las localidades de Niceto Club.
Con dos muy buenos discos a cuestas (“Volumen 1” y “Estalla”), la hoja de ruta indicaba a priori “sonidos del folclor de la costa Atlántica en mezcla explosiva con música electrónica, reggae y hip hop”. Y hubo mucho todo eso, en cantidades constantes y sonantes; con el agregado de la carismática presencia al frente de la banda de la chaparrita y movediza Lilly Saumet.
La cantante se llevó todas las miradas, regalos y suspiros del público; gracias a su encantadora voz e inagotable energía; que mantuvo a todos meneándose durante casi dos horas.
La pata electrónica de la banda, a cargo de Simón Mejía (bajos y teclados) quizás no pisó tan fuerte en vivo como en los discos. Se limitó a recursos efectivos, pero sin aportar mucho más que una ambientación cool para que los neo-cumbieros del barrio de Palermo no se sintieran tan cercanos a la movida tropical vernácula de Once o Constitución.
Entre los momentos destacables de la noche, sonaron la psicodélica “Huepaje”; la rítmica “La Boquilla”, la acidez de “Niña rica”; y el punto culminante con el hit “Fuego”.
Buen punto de partida para una nueva movida latinoamericana que cada vez se afianza más en Buenos Aires, y seguramente seguirá dando que hablar.
Texto: Mariano García
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