Armenia, enclavada en región del sur del Cáucaso, ofrece al turismo una combinación única de historia, cultura y naturaleza, en un territorio de 29.800 kilómetros cuadrados salpicado de monasterios, fortalezas y una capital, Ereván, considerada una de las ciudades habitadas de forma permanente más antiguas del mundo.
El perfil montañoso de Armenia, cuya superficie tiene una altitud media de 900 metros sobre el nivel del mar, tiene su pico culminante en el monte Aragats Lerr (4.095 msnm), mientras que su gemelo, el monte Ararat (más de 5000 msnm), a pesar de encontrarse en el lado turco de la frontera, domina la capital del país.
Fundada en el año 782 a de C a orillas del río Hrazdan, en la Ereván de hoy sobresalen las líneas modernas y neoclásicas del período soviético, con amplias avenidas, plazas y parques, e intensa vida cultural.
El color y diseño distintivo de la ciudad lo dan las fachadas de mosaicos construidas con la piedra típica del país, la toba armenia, con la que han sido edificados durante siglos muchos los principales puntos de referencia de Ereván, como templos, museos, oficinas públicas o viviendas de alta calidad.
Los miles de tonos rojizos y rosados de esta piedra (conocida en idioma armenio como tuff) hicieron que la capital del país fuera conocida como la “Ciudad Rosa”. La Plaza de la República, eje y corazón de la vida pública de la ciudad, es el mejor ejemplo de este estilo arquitectónico identitario de Armenia, con la Galería Nacional, el Museo de Historia, la Casa de Gobierno y el Hotel Marriot como mayores exponentes.
Desde la Plaza de la República, en dirección sudeste, se encuentra el mercado de artesanías de la calle Aram, principal atracción para coleccionistas y primera opción a la hora de elegir recuerdos, regalos y souvenires de la ciudad. Desde allí, tomando la calle Khanjyan, se llega a la Catedral de San Gregorio el Iluminador, otro de los grandes hitos de arquitectura en toba armenia, que celebra los 1.700 años de cristianismo en el país.
En dirección opuesta, la peatonal Avenida del Norte concentra los negocios de las principales marcas y de alta gama, para desembocar en las zonas más lindas y concurrida de la ciudad, dominada por la forma circular de la Ópera de Ereván, el lago artificial contiguo, y a continuación el famoso Complejo La Cascada. Este hito de la arquitectura soviética ofrece la mejor vista del Monte Ararat, desde sus 572 enormes escalones de piedra que llevan al Centro de Arte Contemporáneo Cafesjian, al Parque de la Victoria (Haghtanak Park) en su cima; y al Museo de Manuscritos Matenadarán, con más de 17.000 obras que datan de los siglos V a XVIII.
De regreso, se puede retomar el rumbo sur-oeste por la avenida Mesrop Mashtots, otra de las principales arterias. Allí se encuentra la Mezquita Azul (único templo islámico de la ciudad, de notoria influencia iraní), el Museo de Arte Moderno, y la icónica fábrica de brandy Ararat, fabricante del coñac más famoso de Armenia y uno de los más conocidos del mundo. Desde allí, pasando el estadio Hrazdan (casa del FC Ararat Ereván), se accede al Memorial y Museo del Genocidio, otra de las referencias ineludibles para los visitantes.
Pero si lo que se busca es remontarse a los orígenes de la ciudad, el lugar indicado es la Fortaleza militar Erebuni, del tiempo en que era capital de Urartu, antiguo reino de Armenia. Fundada en el año 782 a. de C. tiene un homónimo museo donde se pueden admirar algunos de los hallazgos arqueológicos más importantes del país, como una inscripción cuneiforme que atestigua el nacimiento de la metrópolis.
Con una superficie pequeña para ser una capital nacional, de 223 kilómetros cuadrados, y un trazado centralizado que hace que se puedan recorrer sus principales puntos de interés a pie desde el centro en apenas un par de días, Ereván es un punto clave de Eurasia que merece ser redescubierto.