Alamut: Laibach y un acercamiento sinfónico a Irán

Con dos actuaciones en vivo los días 5 y 6 de septiembre como parte de la programación del Festival de Ljubljana, el legendario grupo esloveno avant-garde Laibach presentó oficialmente su nueva obra sinfónica “Alamut”, con la cual se acercan a la cultura iraní.

Siempre jugando con los límites entre música, cultura popular y estéticas y regímenes totalitarios, Laibach se mete esta vez con otra de las bestias negras de la geopolítica global. Así como en “The Sound of Music” llevaron al clásico musical hasta la mismísima Corea del Norte, ahora extienden la mano al régimen de los ayatolas persas.

Realizada con la colaboración de compositores y músicos iraníes, con la intención se ser presentada en la mismísima Teherán, “Alamut” es un trabajo sinfónico original de Laibach basado en poemas persas del siglo XI, recopilados por el escritor esloveno Vladimir Bartol en su novela homónima del año 1938.

La tensión de la espera crecía dentro de las murallas del teatro Kirzanke de Ljubljana, fortificación medieval ubicada en el centro de la ciudad que hospedó una nueva edición del festival musical más importante de Eslovenia.  

La figura estoica Milan Fras le puso voz al protagonista de la obra, Hassan-i Sabbāh. Con dos apariciones en el escenario dentro de una puesta predominantemente instrumental y apoyada en proyecciones en pantalla, al icónico cantante le vino a la perfección interpretar al carismático líder político y religioso de los ismaelitas nizaríes; fundador de la misteriosa orden militar de los Asesinos.

El castillo esloveno de la época de las Cruzadas resultó una escenografía ideal para la puesta y el argumento. “Alamut” es el nombre del castillo desde donde el autoproclamado profeta Hassan-i Sabbāh declaró la guerra santa contra el sultanato selyúcida. La violencia, el totalitarismo y el fanatismo político de la Persia medieval fue fuente de inspiración para que Bartol escribiera su obra mientras vivía el ascenso del fascismo en Trieste, Italia, donde vivía.

Con esta nueva obra, Laibach renueva su emblemático nihilismo wagneriano, esta vez en torno a las tradiciones iraníes, que confluyen con el sonido denso y totalitario que es marca registrada de los eslovenos desde hace cuatro décadas.

En sus dos presentaciones de estreno, Alamut contó con la presencia de la Orquesta Sinfónica de la RTV (Radio y Televisión estatal eslovena) bajo la dirección del maestro iraní Navid Gohari, además de las colaboraciones del grupo vocal de Teherán Human-Voice Ensemble, el coro de mujeres Gallina y la orquesta de mujeres acordeonistas Disharmonic Cohort – AccordiOna.

El resultado fue potente y movilizador, a la altura del legado de la banda más importante del pequeño país balcánico. Queda como desafío llevar “Alamut” a tierras iraníes, para sumar otro sello más en una trayectoria tan prestigiosa como controversial.

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